A Hajar Fawzi
Hela ahí,
de nuevo,
vaporosa, envolvente,
tibia, pertinaz.
¿A qué vienes,
oh, ninfa candorosa?
Aire ardiente,
hiriente,
que viene y va:
brisa africana te dicen
y por algo será.
Si del África vienes
con olor a mujer,
háblame de mi amada,
hija de Marrakech.
Si mensajera fueres
de mundos sutiles,
oh brisa efímera,
oh gaviota emigrada,
ve, ven, lleva y trae;
¡vuela!,
pues pasajera eres
y partirás,
inexorable,
al atardecer.
Y dejarás,
de nuevo,
mi huerto sediento
y mis huesos exhaustos.
Y el alma helada,
al amanecer.
Reanudo, paciente,
la dulce espera;
absorto, recompongo
los viejos versos
de mi camino;
invoco, postrado,
todas las plegarias,
y me derroto, azaroso,
agradecido,
ante mi sino.
Si del África vienes
con olor a mujer,
háblame de mi amada,
hija de Marrakech.
José Urbano © 2012
2 comentarios:
Deliciosa brisa africana amigo, siempre que te leo haces que me emocione y que se me pongan los pelos de punta.
Gracias por estos momentos sublimes.
Lo llevaré a mi blog, tengo muchos amigos que te siguen muy de cerca y esto lo tienen que saborear, espero que no te moleste.
Un abrazo grandote y solidario.
Te agradezco en el alma tu opinión, siempre tan generosa hacia mi persona, y que difundas mis versos a través de tu maravillosa página. ¿Molestarme? ¿Cómo podría molestarme tu amable gesto de compartir? Es para mí un honor, querida Inma.
Abrazos.
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