Esta narración en clave histórica nos cuenta los avatares del joven musulmán granadino Sahid al-Kurtubi, precoz impresor de libros, testigo y artífice de la implantación de la imprenta en Granada durante los últimos años del siglo XV y primeros del XVI. En concreto, la historia se desarrolla entre los años 1497 y 1515, en plena transición del sistema islámico al católico-castellano. La familia Al-Kurtubi decide exiliarse en Mostagán (Mostaganem, actual Argelia) en enero de 1502, tres semanas antes de la promulgación de la pragmática de Isabel I la Católica que obligaba a los musulmanes —llamados mudéjares entonces— a convertirse al Catolicismo si pretendían continuar viviendo en España. El protagonista, enamorado de Beatriz de Sotomayor, decidió no exiliarse con su familia, permaneciendo en España e Italia. Pero no fue el amor la única razón para resistir en su tierra. Sahid consideró la excluyente medida isabelina como un flagrante incumplimiento de lo pactado, por escrito, entre los Reyes Católicos y el último sultán islámico Boabdil, de respetar íntegramente los derechos de los musulmanes tras la conquista castellana. El muchacho se rebeló contra aquel desafuero, inmoral e ilegal, lo que le acarrearía serios contratiempos.
El tagarino: Crónica de un desarraigo apunta una semblanza de personajes como Gonzalo Fernández de Córdoba —el célebre Gran Capitán—, el arzobispo Fray Hernando de Talavera, el cardenal Jiménez de Cisneros, Boabdil…, que acabaron convirtiéndose en coprotagonistas de la narración. Esta obra, tratada con exhaustivo rigor histórico, nos brinda la oportunidad para recrear paisajes y situaciones de aquellos años tan convulsos, y denuncia el cruel atropello que sufrieron los musulmanes a causa del fanatismo e intolerancia de los dirigentes de la época.
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