Aquí os dejo este soneto que deseaba dejar escrito desde hace tiempo. Es
tristón, lo sé, es lo que tiene ese tema. Pero que nadie se preocupe, no es una
despedida, ni mucho menos.
He tomado prestado el primer
verso del soneto compuesto en el siglo XVI por Diego Hurtado de Mendoza, un poeta
que me inspira, y a quien admiraría si no hubiera estado en la masacre de las
Alpujarras (1568-1571).
Abrazos.
Si fuese muerto ya mi pensamiento
y esta carrera vana ya acabara,
no veas tormenta, sino mar clara,
que fausto voy al viaje, sin lamento.
Te pido solo, como testamento,
generoso perdón por cuanto errara.
Lávame y déjame bajo la jara,
que moruno es, de Allah, este aliento.
Mas leal sigo a mi linaje honrado,
humilde, limpio como la ajedrea.
Ruego no se vea por mí agraviado.
Y déjame descansar donde sea:
en Sevilla, junto a Ahmed, mi hijo
amado,
o en la Alhambra, do la perdiz llanea.
José
Urbano Priego © 2013
1 comentario:
'Y séate el descanso fiel compaña
en cuanto buen lugar así apetezcas.
Que de alhamas y fuentes va nutrido'
Belleza, pura belleza, José
Un abrazo
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