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06 mayo 2011

Sin ninguna prisa

Aquí me tienes,
amada luz del día,
como un niño viejo,
ansioso, gozoso,
por si acaso vienes.

Algunos días te tardas,
o, sin más, no llegas.
El desaliento entonces
se acomoda,
en nuestra dichosa ágora
y en mi alma.

Conozco la dificultad,
no soy un inconsciente,
pero, dime, ¿qué hago?
si ya preciso tu luz
en todos mis días.

Encuéntrame, te suplico.
Discúlpame, mi amor.
Pero ya solo anhelo
tu linda presencia,
tu voz.

José Urbano © 2011

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso poema! Qué afortunada la aludida! Quién será...?

José Urbano dijo...

De momento, permíteme q me reserve el nombre de la inspiradora. Quizás algún día lo desvele. Aunque ella, si lo leyera, se reconocería con claridad (creo yo...) Muchas gracias, amig@. Saludos.

P MPilaR dijo...

¡Qué delicia! ¡Qué requiebro de gozo, de día
mensajero de luz y de amor
por amor tanto y tanto.
Muy bonito poema.
Felicidades

José Urbano dijo...

Querida Pilar: Agradezco de corazón tus preciosas palabras q motivan mi ánimo. Te mando un abrazo desde el Valle de Lecrín.